Los jóvenes de la Comunidad Valenciana presentan una calidad de esperma inferior a la media española, según los datos que se desprenden del I Estudio Nacional del Semen en Jóvenes, que se ha realizado sobre una muestra de 1239 jóvenes entre 18 y 30 años en 17 Comunidades Autónomas, y que publica este mes la revista Andrología.
Se trata de una investigación pionera en el mundo que ha sido desarrollada por más de 60 centros de Reproducción Asistida españoles dirigida por el Servicio de Reproducción Asistida de Institut Marquès, promovido por la Asociación Española de Andrología (ASESA) y ANACER (Asociación Nacional de Clínicas de Reproducción), en la cual se encuentra integrada en centro de reproducción asistida valenciano CREA.
El análisis, que se inició en junio de 2007 ante la observación del creciente número de varones con problemas de fertilidad que los especialistas en Reproducción venían atendiendo en sus consultas, revela que el 22% de los jóvenes de la Comunidad Valenciana tiene una concentración de esperma inferior a lo que la Organización Mundial de la Salud considera normal (20 mill/ml). En otras comunidades españolas como Andalucía o Galicia, este porcentaje se reducen hasta el 13,7 y el 8,5% respectivamente.
Según señalan los autores en la revista Andrología, los mayores niveles de oligospermia (producción insuficiente de espermatozoides en el semen) se localizan en las comunidades autónomas con un mayor grado de industrialización en los últimos 50 años, mientras que Galicia y Andalucía se han incorporado de forma más reciente al proceso de desarrollo industrial y Madrid, aunque tiene un alto grado de polución atmosférica, concentra también menor contaminación industrial.
La contaminación industrial, el factor clave
Una de las principales conclusiones del estudio es que las alteraciones en la concentración del semen detectadas podrían tener sus causas en el periodo embrionario, (es decir, originarse antes incluso del nacimiento de esos varones), y deberse en zonas altamente industrializadas a la exposición del embrión a los disruptores endocrinos a través del cordón umbilical.
Se cree que la exposición a los disruptores endocrinos puede afectar a la formación de los testículos del feto: puede alterar el proceso de formación de los espermatozoides y por tanto provocar una reducción de concentración espermática. Los autores de la investigación explican que si la alteración en la concentración de esperma se produjera después de la pubertad, se habría observado en el estudio un empeoramiento de la concentración en función de la edad, algo que no ha sido así.
Los disruptores endocrinos o estrogénicos son sustancias químicas que en el organismo humano actúan como hormonas femeninas o pseudo-estrógenos. Según la Unión Europea, existen más de 550 de uso habitual en la industria, la agricultura y el hogar. Son muy resistentes a la biodegradación, están presentes en nuestra alimentación y se acumulan en el organismo, especialmente en medios grasos como la leche materna.