• Historial clínico. Lo primero es una anamnesis para completar la historia clínica de la forma más detallada posible, con antecedentes ginecológicos familiares y personales. Por ejemplo, es importante conocer si la madre tuvo pronto la menopausia u otros problemas ginecológicos, antecedentes de cáncer de mama, etc.
• Exploración general: control de la tensión arterial, y determinación del peso y la talla para el cálculo del índice de Masa Corporal, ya que si está alterado puede ser la causa de algunos transtornos a nivel ginecológico.
• Exploración ginecológica: valoración de los genitales externos e internos y toma de muestras para analizar realizar pruebas diagnósticas como citologías, determinación de HPV (virus del papiloma humano) y colposcopia si fuera necesario.
• Ecografía vaginal y abdominal
• Exploración mamaria
• Pruebas complementarias (si se requiere): mamografía, analíticas hormonales, histeroscopia diagnóstica.
• Interconsultas: en ocasiones se requerirá la consulta con otros especialistas para completar el diagnóstico. En CREA colaboramos con profesionales hematólogos, endocrinólogos, inmunólogos, genetistas y urólog
• Asesoramiento en fertilidad: Tras la consulta ofrecemos un asesoramiento adecuado a cada perfil de paciente, según su edad y a su proyecto futuro de maternidad. Con ello queremos evitar que la desinformación que recibimos de forma general acabe afectando negativamente en muchas mujeres que tienen dificultades para quedar embarazadas a ciertas edades, dejando pasar en muchas ocasiones el momento adecuado para preservar su fertilidad.

Revisión ginecológica anual

La revisión ginecológica anual se considera una pequeña obligación para todas las mujeres, especialmente las que se encuentran en período fértil y aquellas en los primeros años de la menopausia. Habitualmente incluye una exploración física y ecográfica y es el momento utilizado para poner en marcha los cribados de cáncer de cuello uterino y de mama según la edad de la mujer. No supone una gran inversión de tiempo ni dinero, pero da lugar a una sensación de seguridad y salud importante.

Citología

La citología cérvico-vaginal consiste en la toma, tras colocación de un espéculo vaginal, de una muestra de la parte exterior del cuello del útero y otra del interior del canal del cuello. Aunque el espéculo puede resultar molesto, las tomas no son dolorosas. Esta técnica es la base de la búsqueda de lesiones que puedan dar lugar a cáncer del cuello de útero y está especialmente indicada en las mujeres entre 25 y 65 años, con pequeñas diferencias según si están o no vacunadas frente al virus del papiloma, un agente necesario para la mayoría de estos cánceres.

Colposcopia

En algunos casos en que la citología da un resultado anormal, hemos de recurrir a la colposcopia. La colposcopia por tanto es un segundo nivel de diagnóstico contra el cáncer del cuello de útero, habitualmente se realiza a mitad de ciclo y consiste en la visión con lentes de aumento del cuello del útero y su tinción con distintas soluciones para evidenciar posibles alteraciones celulares susceptibles de ser biopsiadas. Es decir, la citología es una primera aproximación a la búsqueda de lesiones en el cuello del útero y solo en las mujeres con alteraciones es necesario realizar la colposcopia y posiblemente una biopsia dirigida por sus hallazgos.

Virus del papiloma humano

El virus del papiloma humano (HPV) habitualmente se transmite mediante las relaciones sexuales. La exposición al virus es prácticamente universal y la mayoría de las personas han tenido contacto con él, si bien lo han eliminado con el tiempo gracias a la acción del sistema inmune. Existen varios tipos de virus y dan lugar a cuadros clínicos muy variados que van desde las verrugas comunes a cánceres en distintas localizaciones como cuello uterino, ano, pene o vulva. La principal herramienta que tenemos para prevenir las lesiones por el virus es la vacunación contra él, que ya está incluida en el calendario vacunal para las mujeres nacidas a partir de 1994 en nuestra comunidad pero que también puede administrarse a varones y mujeres de otra edad. El virus de papiloma es prácticamente un factor necesario para el desarrollo del cáncer de cuello uteino por lo que buscar el virus se ha convertido en parte del proceso de cribado y búsqueda del cáncer cervical. Su búsqueda se hace a partir del análisis genético de una toma con torunda del cuello de útero tras la colocación de un espéculo.

Ecografía Ginecológica

La ecografía ginecológica es parte del proceso diagnóstico en la consulta de Ginecología. Habitualmente se hace transvaginal con vejiga de orina vacía pues permite una mejor visualización del útero y los ovarios en busca de posibles alteraciones estructurales como masas, quistes, miomas, pólipos o alteraciones de las trompas uterinas. El momento de su realización depende de la estructura que pretendamos valorar, por ejemplo se hace durante regla para valorar la reserva folicular del ovario pero se hace a mitad de ciclo, cerca de la ovulación si buscamos pólipos endometriales.

Histeroscopia diagnóstica

La histeroscopia diagnóstica es la técnica que nos permite valorar la patología del interior del útero. A través de una pequeña cámara introducida por el cuello uterino, tenemos acceso a la cavidad endometrial. Está indicada para aquellas mujeres con alteraciones endometriales como pólipos, miomas, adherencias, fibrosis, septos o tabiques uterinos y también en aquellas con fallos de implantación y abortos. Su realización es sencilla y nos proporciona mucha información sobre posibles alteraciones uterinas, permitiendo a veces su corrección directamente o en un segundo tiempo con una histeroscopia quirúrgica, que se realiza con herramientas de mayor calibre.