El próximo 19 de octubre celebramos el Día Mundial contra el Cáncer de Mama.
Como cada año, esta semana conmemoramos nuestra lucha contra el cáncer de mama, el tipo de tumor más frecuentemente diagnosticado entre las mujeres españolas.
Según las cifras reveladas por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), durante el año pasado se detectaron en España más de 30 mil nuevos casos de cáncer de mama, un 30% más que en el año 2012.
A pesar de este dato, hoy en día la tasa de supervivencia es cada vez mayor, por lo que no solo debemos pensar en cómo superar la enfermedad, sino también en cómo será la vida de las supervivientes tras haber pasado por el cáncer de mama.
¿Cómo afecta el cáncer de mama a la fertilidad?
Es importante saber que durante el tratamiento del cáncer de mama no es recomendable el embarazo, pues los medicamentos que se administran para combatir la enfermedad pueden causar determinados problemas al feto.
Sin embargo, después del tratamiento, una vez la enfermedad ha remitido, hay ocasiones en las que no es posible lograr el embarazo de manera natural, ya que las terapias pueden afectar a la fertilidad femenina.
Es fundamental, por tanto, que exista desde el primer momento una estrecha colaboración entre el oncólogo y el ginecólogo especialista en medicina reproductiva para que, si la mujer lo desea, pueda tener la opción de preservar su fertilidad para poder ser madre en el futuro con su propio material genético, sin necesidad de recurrir a los óvulos de una donante.
Este no fue el caso de Àngels, cuyo testimonio te traemos hoy. A continuación, ella misma nos lo cuenta todo con sus propias palabras.
Àngels, mamá y superviviente de cáncer de mama
A Àngels le detectaron cáncer de mama con 29 años, en un momento muy importante de su vida en el que empezaba a trabajar como maestra, tras finalizar sus estudios. Un día, se notó un bulto en el pecho y fue al médico, que se puso rápidamente en marcha y enseguida tuvieron el resultado: tenía un tumor de mama.
En las siguientes líneas, Àngels nos expresa, con sus propias palabras, cómo logró superar su cáncer de mama y ser madre unos años después.
El proceso fue muy rápido y a la vez tranquilizador, al no tener tiempo de espera para los resultados. Precisamente, esos momentos de incertidumbre, de no saber qué tienes, de que no te hacen caso, de padecer… yo no los tuve, sino que directamente tuve que asimilar lo que me estaba pasando. Adopté una actitud siempre positiva ante el proceso, porque me sentía segura y, aunque hubo momentos difíciles y dolorosos, de padecimiento físico, con angustia, dolor tras la operación, etc., fue pasando todo bien, y cuando recuerdo el final, pienso que fue un proceso exitoso porque al final conseguí curarme.
El camino fue largo, porque tuve quimio, mastectomía total, me quitaron los ganglios… En una época en la que la operación era más agresiva, no había otro remedio. Después, me dieron otra vez quimio, radio y tuve un pequeño bache pues, aunque parecía que el proceso había terminado, me dijeron que tenía que hacerme un autotrasplante de médula con el que se me rompieron los planes de volver a trabajar y a mi vida.
Pero eso se pasó, hice el proceso, después tuve la reconstrucción y todo salió muy bien. Sin embargo, nunca me había planteado que tendría problema para tener hijos (de hecho, durante la quimio la regla me siguió bajando con normalidad) y yo tenía claro que quería ser madre. Pero cuando me dijeron que para ser madre tendría problemas, por no tener óvulos, tuve un bajón psicológico al que me adapté e investigué las posibilidades que tendría para ser madre. Era complicado, pero sabía que podría intentarlo a través de reproducción asistida o adoptando.
Pasó el tiempo y me recuperé del todo, lo que era mi primer objetivo: tener buena salud para plantearme la maternidad. Mi primer motivo para atrasar la maternidad era el hecho de que quería asegurarme de que estaba perfectamente bien de salud, que había vencido por completo el cáncer y que tenía la misma probabilidad de ser madre que cualquier otra mujer. Y, además, porque no tenía una pareja estable y no quería retrasar la maternidad por buscar una pareja. En mi situación, sabía que el hecho de tener pareja o no ni me facilitaba ni me dificultaba la maternidad, pues en mi caso solo podía acceder a ser madre con una donación. No tenía mucha más opción.
Así que, cuando estaba cerca ya de los 40, empecé a ver clínicas e inicié el proceso para ser madre en CREA. Y así es como empezó mi camino hacia la maternidad. El embarazo tardó un poco en llegar: hice tres intentos y en el tercero me quedé embarazada, pero antes del tercer mes tuve un aborto. El embarazo finalmente lo logré en el quinto intento. Tuve un embarazo completamente normal del que nació en diciembre, como regalo de Navidad, mi hija Àngela, mi sueño, que ahora tiene 7 años.
Mi vida como mamá es muy bonita, pero soy realista y he de decir que la maternidad es una responsabilidad y que no todo es de color de rosa, porque al ser mamá sola hay problemas que tienes que ir afrontando, como cualquier otra familia. Yo tengo la suerte de que cuento con el apoyo de mi familia, padres, hermanas, tíos, amigos… que forman parte de mi vida en todos los procesos y eso me ayuda a afrontar la maternidad de forma positiva, aunque sea mi total responsabilidad, que disfruto y que paso cada día. Me siento súper afortunada y cada noche cuando me acuesto pienso en la suerte que he tenido en la vida.
Además, Àngels nos dejó un mensaje para todas aquellas mujeres que están pasando por el cáncer de mama y para las mujeres y parejas que están en un proceso de reproducción asistida:
Algo que yo intento aplicarme siempre en la vida es pensar que si hay cosas que son, es porque son. No me planteo preguntas como “por qué esto” ni “por qué a mí”, porque no me van a llevar a solucionar el problema. De hecho, cuando me dijeron que tenía cáncer me ahorré todos los “porqués” al afrontarlo con esperanza y con positividad, lo que me dio confianza. Pensaba: “me ha tocado, pues a ver qué puedo hacer. Lo que esté en mi mano, lo haré; lo que está en manos de los médicos no puedo hacerlo.” Poner de mi parte fue fundamental para ayudarme a superar mi enfermedad. Y así encaré el cáncer y también la maternidad, pues cada intento me lo tomaba con positividad y con esperanza. Obviamente es difícil, pero como no podía hacer nada más para lograrlo, me preparaba de cara al siguiente, paso a paso, para poder estar lo mejor posible. Ir paso a paso siempre me ha ayudado en todo, tanto a encarar el cáncer como la maternidad y en la vida.
Por supuesto, el proceso no es agradable, pero la recompensa es lo mejor. Y estoy segura de que lo que me ha llevado a ser una persona feliz ahora es el proceso por el que he pasado antes. De todas las situaciones tenemos que sacar lo positivo e intentar que lo negativo dure lo mínimo posible.
En el cáncer, tuve siempre la suerte de encontrarme con un equipo que me transmitió seguridad desde el principio. Y cuando entré a CREA, siempre fueron realistas, pero me transmitieron seguridad y eso me llevó a ser positiva. Con cada tratamiento pensaba que era con el que me iba a quedar embarazada y, si no me quedaba, ya lo asumiría el día que me tocara. Con el trato humano he tenido muchísima suerte, desde los médicos, hasta las enfermeras, etc. Me sentía segura, acogida y tranquilísima. A pesar incluso de que algunos tratamientos no fueran exitosos, no me marcaron, porque en todo momento me sentí tan apoyada que quería superarlo e ir a por el siguiente intento.
Eternamente agradecidos a Àngels, esperamos que sus palabras, su positividad y su fuerza consigan transmitirte un poquito más de luz, y te recordamos que aquí estamos y estaremos, todo el equipo de CREA, para acompañarte en el que esperamos que sea el momento más feliz de tu vida.
Además, si quieres saber cómo detectar el cáncer de mama, te dejamos a continuación una infografía en la que explicamos cómo hacer una autoexploración:
