El embarazo con VIH, tanto en parejas serodiscordantes, como en las que ambos miembros son portadores del virus, es hoy en día posible.
El VIH o, por sus siglas, Virus de la Inmunodeficiencia Humana, es una infección que ataca al sistema inmunitario de las personas que lo padecen y que se puede transmitir tanto por contacto sexual (oral, vaginal o anal), como a través de la sangre o por transmisión vertical, es decir, de madre a hijo, durante el embarazo, el parto o la lactancia. A pesar de ello, hoy en día, VIH y embarazo son perfectamente compatibles.
Antes de comenzar a hablar sobre este tema, debemos aclarar dos asuntos: en primer lugar, que ser portador del VIH (o seropositivo) no implica padecer la enfermedad y, en segundo lugar, que VIH y SIDA no son lo mismo. A continuación, te explicamos por qué.
El efecto que produce el VIH en el organismo es el ataque al propio sistema inmune, ya que infecta y destruye unas células denominadas linfocitos CD4, que son las que se encargan de crear anticuerpos para poder luchar contra las infecciones. Sin la actividad de estas células y con la proliferación de VIH en lugar de ellas (lo que se conoce como la “Carga Viral”), las personas van perdiendo sus defensas y se van debilitando, lo que hace que acaben siendo más proclives a contraer otras infecciones.
Cuando una persona es seropositiva o portadora del virus de la inmunodeficiencia humana, puede transmitir la enfermedad, sobre todo en el periodo posterior a haberse infectado, pero no tiene por qué desarrollarla. Si se detecta en una analítica rutinaria o si se empiezan a manifestar síntomas, será necesario acudir al especialista para que dé al paciente un tratamiento antirretroviral, que detendrá la proliferación del VIH y controlará la carga viral hasta que esta sea indetectable, es decir, cuando ya no haya prácticamente riesgo de que se transmita el virus.
Y, como decíamos, lo que conocemos como SIDA (Síndrome de la Inmunodeficiencia Adquirida) no es lo mismo que el VIH, sino que representa un estadio más avanzado de la enfermedad, en la que hay una mayor proliferación de infecciones o cánceres relacionados con este, que comprometen la salud y la vida de los pacientes.
El embarazo con VIH
Antes de empezar cualquier tratamiento de reproducción asistida, se deben realizar una serie de analíticas y pruebas a ambos miembros de la pareja, para conocer su estado de salud al detalle, detectar el problema que les está dificultando la llegada del embarazo y poder plantear mejor el tratamiento.
En España, se calcula que actualmente viven con VIH entre 140.000 y 170.000 personas. Aunque no es una infección tan común y, en ocasiones, nos encontramos en consulta con parejas heterosexuales con este problema que desean formar una familia, en las que lo más común es que solo uno de los miembros esté infectado por VIH, es decir, que sean parejas serodiscordantes.
En estos casos, una de las dudas más frecuentes es si se puede producir el embarazo con VIH de forma segura, así como si se puede evitar el contagio al feto, tanto durante el embarazo como en el momento del parto.
Y sí, hoy en día es posible evitar el contagio al futuro bebé, tanto durante la gestación como al dar a luz. Te lo explicamos con detalle en función de cada tipo de pareja.
Embarazo con VIH en parejas serodiscordantes
Cuando se trata de una pareja serodiscordante en la que el varón es seropositivo, es posible que, además de la propia infección, nos encontremos con problemas en el número y la movilidad de los espermatozoides.Para evitar el contagio de VIH al feto, se recoge una muestra de semen y se realiza un lavado de semen en el laboratorio. Una vez se ha comprobado que no existe virus en la muestra, esta estará lista para hacer la selección de espermatozoides (en caso de que se haya detectado un problema en ellos) o para realizar un tratamiento de reproducción asistida.
Cuando en la pareja serodiscordante la mujer es seropositiva, lo primero que se hará es comprobar su carga viral y que recibe tratamiento con fármacos antirretrovirales y se comprobará, entre otras cosas, que no padece ninguna otra infección o enfermedad de transmisión sexual. Entonces, se realizarán pruebas de fertilidad para comprobar el estado de la reserva ovárica y la calidad de los óvulos y, tras ello, se procederá a realizar el tratamiento de reproducción asistida que determine el equipo médico. Es posible que el tratamiento no se pueda iniciar hasta que la mujer no tenga una carga viral indetectable.
Embarazo con VIH en parejas seroconcordantes
Cuando se trata de una pareja seroconcordante, es decir, en la que tanto el hombre como la mujer están infectados por VIH, será necesario que ambos presenten una carga viral indetectable antes de comenzar con el tratamiento de reproducción asistida. Además, es recomendable realizar un estudio del genotipo (genética) del virus. Después, se procederá de la misma manera que en los casos anteriores.
Es importante tener en cuenta que, después de nacer, el bebé puede infectarse con VIH durante la lactancia, por lo que será fundamental que los pacientes estén correctamente informados y que tomen sus decisiones de forma consciente primando, por encima de todo, la salud del recién nacido.
