Hoy en día, el cáncer no tiene por qué comprometer el futuro, ni mucho menos el hecho de formar una familia.
Cada año se detectan en España más de 270.000 casos de cáncer, el 42% de ellos en mujeres y el 58% restante en hombres. Aunque existen alrededor de 200 tipos de tumores, el cáncer más frecuentemente diagnosticado en nuestro país es el colorrectal, seguido del de mama, el de próstata y el de pulmón.
El problema es que, según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), en 2040 se espera que los nuevos diagnósticos de cáncer se acerquen a los 400 mil. Y, aunque es cierto que cada vez estamos más sensibilizados y concienciados frente al cáncer, aún nos queda mucho por investigar y aprender, a todos los niveles, para tratar de frenar esta enfermedad y lograr que no comprometa ni la salud ni el futuro de las personas que la sufren.
Por eso, aprovechamos este espacio, nuestro y vuestro, para hablar sobre formar una familia después del cáncer, una posibilidad que hoy es una realidad gracias a los avances médicos y que, por nuestra experiencia, sabemos que es fundamental para dar a los pacientes aún más fuerza, ganas e ilusión para luchar por superar su enfermedad.
¿Cómo afecta el cáncer a la fertilidad?
Algunos tratamientos contra el cáncer pueden comprometer el potencial reproductivo de hombres y mujeres que padecen esta enfermedad, provocando que su fertilidad disminuya y dificultando la posibilidad de tener hijos en el futuro. En el caso de las mujeres, las terapias oncológicas pueden adelantar la menopausia, interrumpir la menstruación y/o causar irregularidad menstrual. Y, en el caso de los hombres, se puede detener la producción de espermatozoides durante largos periodos de tiempo, así como afectar a su calidad y cantidad.
Como veíamos la semana pasada, con motivo de la conmemoración del día mundial de la lucha contra el cáncer de mama, cuando Àngels tuvo cáncer de mama con 29 años se sabía muy poco sobre la preservación de la fertilidad, y no tuvo la posibilidad de ser madre con sus propios óvulos, pues el tratamiento le acabó causando esterilidad.
Actualmente, las técnicas de preservación de la fertilidad han avanzado mucho y, por eso, cuando el cáncer llega durante la infancia o la adolescencia, o bien mientras la persona se encuentra en edad reproductiva, es clave que se le ofrezca la posibilidad de valorar si desea congelar sus gametos para poder tener más probabilidades de formar una familia en el futuro con su propio material genético.
Es imprescindible que exista una estrecha colaboración entre el oncólogo y el ginecólogo especialista en medicina reproductiva. Por supuesto, todo depende del paciente, de sus circunstancias y de su tratamiento, pero la preservación de la fertilidad es una de las opciones más sencillas por las que será posible “guardar” los óvulos o los espermatozoides de cara al futuro, por si el paciente deseara tener hijos.
Formar una familia después del cáncer: ¿Cómo lograr el embarazo?
El propio hecho de plantearle al paciente la opción de preservar su fertilidad, le ofrece una perspectiva de futuro y de curación, el tener una meta como lo es poder formar una familia al final del camino, ayuda a tener cada vez más fuerza para superar una enfermedad como el cáncer.
Actualmente, gracias al avance de las técnicas de preservación de la fertilidad, tanto mujeres como hombres y prácticamente de todas las edades, pueden guardar su material genético para poder ser padres en el futuro mediante un tratamiento de reproducción asistida.
Técnicas de preservación de la fertilidad en mujeres
Una de las técnicas de preservación de la fertilidad femenina a las que más se recurre actualmente es la vitrificación de ovocitos. A través de la criopreservación de los óvulos en nitrógeno líquido a -176ºC, podemos lograr que estos se mantengan, durante el tiempo que se desee o necesite, en las mismas condiciones que cuando fueron congelados.
De esta manera, cuando la mujer recibe el alta, puede recurrir a ellos y realizar un tratamiento de reproducción asistida con el semen de su pareja o de un donante para poder lograr el embarazo. Hoy en día, los tratamientos que se realizan con óvulos congelados tienen las mismas tasas de éxito que los que se realizan en fresco. También es posible congelar directamente embriones con el material genético de la mujer y el de la pareja para utilizarlos tras el tratamiento.
En otros casos, cuando por el motivo que sea no es posible realizar una vitrificación, se puede congelar una parte del tejido ovárico para extraer los óvulos en el futuro, o bien realizar una transposición ovárica, es decir, trasladar los ovarios a otro lugar del cuerpo al que no llegue el efecto de tratamientos como, por ejemplo, la radioterapia.
Técnicas de preservación de la fertilidad en hombres
En el caso de los hombres, la preservación de la fertilidad suele ser más sencilla, pues por lo general se procede a congelar la muestra de semen. En algunos casos en los que es inviable hacerlo de la forma anterior, como en los niños prepúberes, es posible criopreservar una parte del tejido testicular para poder intentar recuperar espermatozoides en el futuro.
Tras la preservación de la fertilidad y una vez superado el cáncer, los pacientes tendrán más posibilidades de formar una familia con sus propios genes. En caso de que no se haya preservado la fertilidad antes de aplicar el tratamiento o la cirugía contra el cáncer, los pacientes pueden recurrir a otras técnicas, como la ovodonación o la donación de semen, para poder cumplir su sueño de ser padres.