El aumento de peso en el embarazo dependerá de tu peso anterior, así como del estilo de vida que adoptes durante los 9 meses de gestación.
Cuando llega el positivo y comienza la nueva etapa del embarazo, es frecuente que nos encontremos en consulta con dudas como cuál debe ser el aumento de peso en el embarazo. La famosa tendencia que afirmaba que la embarazada debe comer por dos (o por tres, en el caso de tratarse de gemelos o mellizos), es un auténtico mito.
Cada mujer es un mundo y, por ello, la forma que tendrá su cuerpo de afrontar el embarazo será completamente diferente de la de cualquier otra mujer. Lo normal es ir engordando poco a poco, pudiendo llegar a aumentar algunos kilos más en la recta final del embarazo, ya no tanto por la alimentación, sino también por la influencia de la retención de líquidos.
¿Cuál es la recomendación médica sobre el aumento de peso en el embarazo?
Se considera recomendable engordar alrededor de un kilo por mes. Durante el primer trimestre, será normal tanto no haber engordado nada como haber ganado entre 1 y 2,5 kilos de peso; durante el segundo trimestre se podrá aumentar entre unos 3 y 4 kilos de peso; y, en la recta final del embarazo, se calcula que se puede llegar a ganar alrededor de medio kilo de peso por semana. Es decir, al final del embarazo, la mujer debería haber engordado entre 9 y 12 kilos.
Sin embargo, todo depende del IMC (índice de masa corporal) que presenta la mujer antes de quedarse embarazada: cuanto más alto es el IMC, menos peso se deberá engordar.
A continuación, detallamos los pesos por IMC y tipo de gestación (única o doble):
IMC bajo (menos de 18,5)
- Lo normal será que, en el embarazo de un solo bebé, la mujer engorde entre 12 y 18 kilos.
- No existen recomendaciones en embarazo gemelar.
IMC normal (de 18,5 a 24,9)
- La mujer podrá ganar en torno a 11 y 16 kilos.
- En gestación gemelar, podrá engordar hasta 25 kilos.
IMC sobrepeso (de 25 a 29,9)
- El peso en el embarazo será de entre 7 y 11 kilos.
- En embarazo doble, se podrá engordar entre 14 y 23 kilos.
IMC obesidad (más de 30)
- La mujer podrá engordar entre 5 y 9 kilos.
- En gestación gemelar, será normal que la báscula sume al peso habitual entre 11 y 19 kilos.
Como te explicamos en este otro artículo de cómo influye el peso para quedar embarazada, el peso, tanto en exceso como en defecto, es un factor clave a tener en cuenta antes de plantearse el embarazo. Así mismo, durante el embarazo, una ganancia excesiva de peso puede afectar tanto a la madre (diabetes gestacional, preeclampsia, hipertensión, problemas circulatorios, dolores de espalda y piernas, mayor probabilidad de parto por cesárea, fatiga…), como al futuro bebé (obesidad, diabetes, osteoporosis, enfermedades cardiovasculares…).
Actualmente, los estereotipos sociales juegan un papel fundamental en relación al peso en el embarazo. Nos encontramos con mujeres delgadas o extremadamente delgadas que no desean engordar o que tan solo quieren engordar lo justo y necesario y que, para ello, hacen una dieta muy restrictiva durante el embarazo. Esto no es positivo en ningún caso, ni para la madre ni para el feto, ya que podría dar lugar a un parto prematuro, implicar mayor riesgo de aborto, retraso en el desarrollo del bebé o que este nazca con bajo peso, entre otras consecuencias.
Recomendaciones para un saludable aumento de peso en el embarazo
Durante el embarazo, es fundamental que la mujer tenga un estilo de vida saludable, basado en una alimentación sana y variada, rica en grasas saludables (aceite de oliva, aguacate, frutos secos al natural), proteínas de calidad (pescados, carnes magras, lácteos bajos en grasa), hidratos de carbono (verduras, frutas, harinas y granos integrales), vitaminas y minerales. Piensa que todo lo que comes lo recibirá el feto, por lo que lo ideal es que siempre sean alimentos de calidad y que mantengas una dieta libre de excesos en la que comas de todo, por supuesto con los suplementos que te recomiende tu ginecólogo.
Además, es recomendable practicar ejercicio suave o de baja intensidad durante todo el embarazo (caminar, yoga, pilates, natación…), en la medida de lo posible y siempre y cuando se sigan las indicaciones del ginecólogo pues, en caso de tratarse de un embarazo de riesgo, se podría recomendar reposo absoluto.
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