Cada mujer nace con un número concreto y finito de óvulos, que irá perdiendo desde la menarquia -la primera regla- a lo largo de los años con cada menstruación, hasta la llegada de la menopausia.
La reserva ovárica refleja la cantidad de óvulos que tiene una mujer en un momento determinado. Al medir la reserva ovárica es posible saber en qué estado se encuentra la fertilidad de la mujer y predecir su respuesta a una estimulación con gonadotropinas. Esta reserva ovocitaria será fundamental a la hora de plantear el embarazo.
¿Por qué se va perdiendo la reserva ovárica?
A los 20 años, el nivel de fertilidad de la mujer es elevado y, sin embargo, lo más seguro es que no sea el momento idóneo para la maternidad. Entre los 25 y los 30 años es la etapa perfecta para la maternidad, pues a estas edades la reserva ovárica es, generalmente, alta, y los óvulos cuentan con una calidad óptima. Sin embargo, a los 35 años, edad a partir de la cual la mayor parte de mujeres españolas deciden buscar su primer hijo, la reserva ovárica es cada vez más escasa y los óvulos van perdiendo calidad de forma cada vez más rápida hasta que, a los 40, tanto cantidad como calidad son muy bajas.
Esta evolución de la reserva ovárica la podemos ver con detalle en el siguiente gráfico:
Causas por las que disminuye la reserva ovárica
Aunque la edad es el principal factor para el descenso de la reserva ovárica, existen otros factores que influyen en la cantidad y la calidad de los óvulos, tales como:
- Estilo de vida: los hábitos poco saludables, como fumar, beber mucho alcohol, llevar una dieta rica en alimentos procesados, azúcares, refrescos y comida rápida, vivir con mucho estrés y no practicar ejercicio, pueden perjudicar a la reserva ovárica.
- Enfermedades: determinados problemas de salud, como la obesidad o la endometriosis, así como algunos tratamientos, como los de quimio y radioterapia, pueden disminuir la reserva ovárica.
- Disruptores endocrinos: existen determinadas sustancias químicas que contienen algunos pesticidas, productos de limpieza, plásticos, insecticidas, prendas de ropa, etc., que pueden afectar a nuestra salud, imitar la acción de nuestras hormonas y afectar a nuestra fertilidad.
¿Cómo se mide la reserva ovárica?
La reserva ovárica es un parámetro fundamental para conocer el estado de la fertilidad de la mujer, de cara a plantearse un posible embarazo o a preservar su fertilidad para ser madre en el futuro. Esta se puede medir a través de dos sencillas pruebas, diferentes pero complementarias.
1. Hormona antimülleriana
Por un lado, se puede realizar una analítica de sangre en la que se detecta la cantidad de hormona antimülleriana que tiene la mujer. La hormona antimülleriana indica la cantidad de óvulos que tiene cada mujer e indica la capacidad reproductiva que tiene. Si es alta (por encima de 3,1 ng/ml), significará que la cantidad de óvulos es elevada. Si, por el contrario, es baja (menos de 0,4 ng/ml), reflejará que será más complicado lograr el embarazo de manera natural.
2. FSH, LH y estradiol
La reserva ovárica también se puede medir a través de otras hormonas, como la FSH, la LH y el Estradiol, pero este análisis únicamente se puede hacer en los primeros días del ciclo menstrual, durante la menstruación, valores de FSH por encima de 10 indican baja reserva ovárica, pero estos valores pueden fluctuar entre ciclos. Mientras que la hormona antimülleriana se puede medir en cualquier momento del ciclo y es más constante.
3. Recuento de folículos antrales (RFA)
Otra forma de conocer el estado de la reserva ovárica es realizar una ecografía vaginal con la que se hace el recuento de folículos antrales, que son las bolsas en las que están alojados los óvulos y en las que se producirá su maduración durante el ciclo menstrual. Para poder determinar el estado de la reserva ovárica, el recuento de folículos antrales se debe realizar en el segundo o tercer día de menstruación, es decir, durante los primeros días de inicio del ciclo. Si se encuentran más de 10 folículos antrales, significará que la reserva ovárica es alta y si, por el contrario, se encuentran menos de 7, la cantidad de óvulos será baja.
¿Qué ocurre si la reserva ovárica es baja?
Si, por cuestiones como la edad o a causa de una enfermedad, como el cáncer, tras medirla, la reserva ovárica resulta ser baja, no debe “cundir el pánico”. Tener baja reserva ovárica significará que tardaremos un poco más en lograr el embarazo o que nos encontraremos más dificultades en el camino a la maternidad. En estos casos, es fundamental tener paciencia y pedir ayuda a un especialista en fertilidad llegado el momento: cuando la mujer sabe que su reserva ovárica es baja, tras 6 meses buscando gestación es momento de consultar.
No obstante, para evitar este tipo de problemas es clave la prevención. ¿A qué nos referimos con prevención? Pues, sencillamente, al hecho de congelar una parte de la reserva ovárica para mantener los óvulos en el mismo estado y con la misma calidad que cuando la mujer tomó la decisión de preservar su fertilidad. De esta manera, estaremos ayudándonos a nosotras mismas aumentando nuestras probabilidades de lograr el embarazo en el futuro.
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