Valencia, 26 de octubre de 2015.- España es uno de los países que a nivel mundial se sitúan en vanguardia por lo avanzada de su legislación en tratamientos de reproducción asistida lo que le convierte en principal destino al que acuden las parejas y mujeres que desean tener un hijo con ayuda médica.
Una demanda que se disparó tras la nueva ley de 2006, que reconocía explícitamente la aplicación de este procedimiento en parejas lesbianas y el hecho de que las dos miembros figuren como progenitoras en el libro de familia si están casadas. Este cambio propició un aumento en nuestro país como receptor de parejas del mismo sexo procedentes de países como Italia, donde esta opción es ilegal, o de Reino Unido y Suecia, donde la cifra de donantes de esperma ha caído después de que se decidiera que su identidad dejaba de ser anónima.
La nueva medida del Gobierno valenciano de devolver el acceso a la sanidad pública a los tratamientos de RA para el colectivo de mujeres sin pareja masculina ha sido muy bien acogida por centros privados de reproducción asistida de la Comunidad Valenciana como CREA (Centro Médico de Reproducción Asistida de Valencia).
“Aplaudimos que el tratamiento sea ofrecido de nuevo por la sanidad pública. Consideramos que además de un derecho es una necesidad por la bajísima tasa de natalidad de nuestro país y que, por ello, a las mujeres que quieren quedarse embarazadas se le deben dar las máximas facilidades”, señala la doctora Carmen Calatayud, co-directora de CREA.
En este sentido, destaca como España se ha colocado entre los países con peor ratio de hijos por mujer en edad fértil. Según el último informe de la OCDE sólo las mujeres portuguesas y las polacas tienen de media menos hijos, “siendo realistas nuestro país necesita aumentar su natalidad y las exclusiones de estos colectivos en la cartera de la sanidad pública acentúa más aún esa necesidad”.
De hecho, en los últimos años el colectivo mujeres con pareja femenina que ha acudido a CREA para realizarse un tratamiento de reproducción asistida es cada vez más alto. En el centro se ha registrado en los últimos cinco años un incremento del 25% de parejas formadas por mujeres que han acudido a la clínica.
Respecto a los tratamientos la doctora Calatayud destaca como CREA está especialmente preparada para la atención de este colectivo, desde los tratamientos más sencillos como la Inseminación Artificial, hasta los más sofisticados como el ROPA (Recepción de Óvulos de la Pareja) tratamientos que “se realizan de forma habitual en nuestro centro”.
En este sentido, destaca la doctora como la inseminación artificial con semen de donante es un tratamiento de baja complejidad, cuya eficacia y seguridad , ya sea por inseminación o por fecundación asistida, va a estar directamente relacionada con la calidad del programa de donación de semen al que se recurra. “Nosotros en CREA contamos con un Banco de Semen propio, referencia de calidad a nivel nacional, certificado con la ISO-9001 desde 2004, y el primero de España certificado con la nueva norma UNE 179007, específica para laboratorios de reproducción humana asistida”.
El ROPA, sin embargo, es un tratamiento más sofisticado y más novedoso, demandado cada vez más por las mujeres independientemente de su edad, en el que una mujer pone el óvulo y otra el útero. Consiste en la realización de una Fecundación In Vitro con la participación de dos mujeres y el semen de un donante anónimo. Una de ellas es la que pone el óvulo que es inseminado con el semen de donante de manera que el embrión resultante se transfiere al útero de su compañera, que es la que llevará adelante la gestación. “De esta forma ambas mujeres tienen los mismos derechos y obligaciones sobre el bebé sin necesidad de que una de ellas tenga que adoptarlo como ocurría antes”, explica la doctora.
Sin embargo, la edad a la que acuden a realizarse los tratamientos de reproducción asistida es menor, entre los 30 y 33 años, en las parejas formadas por dos mujeres, que en aquellas que han decidido afrontar la maternidad en solitario, normalmente mujeres separadas o que han decidido postergar la maternidad esperando a encontrar a la pareja ideal ya que suelen acudir entre los 38 y los 40 años.
Respecto a las parejas formadas por dos mujeres es, la de edad menor, la que en el caso del ROPA aporta los óvulos siendo la de más edad la que normalmente quiere gestar antes debido a que con la edad se merman las posibilidades.
Respecto al posible perjuicio que la medida de dar cobertura pública en los tratamientos de reproducción asistida a las mujeres solteras sin pareja pudiera tener para los centros privados, la doctora Calatayud asegura que “la demanda es tan importante que muchas de estas mujeres seguirán recurriendo a centros privados y además, el que se generalicen estos tratamientos hará que un mayor número de mujeres sin pareja masculina se decidan a dar este paso”.
