La edad es un aspecto fundamental en la fertilidad de la mujer. Esto se debe, principalmente, a los cambios que la función ovárica experimenta con la edad: la disminución del número y la calidad de los ovocitos. Estas dos características se pueden valorar mediante la reserva ovárica. Pero, concretamente, ¿qué es la reserva ovárica y por qué deberías conocerla?
Lo primero es tener claro que la fertilidad disminuye con la edad. A partir de los 35 años, la cantidad y calidad de los ovocitos empieza a mermar de forma considerable en la mayoría de las mujeres; siendo más patente a partir de los 40 años. Este hecho implica que las probabilidades de un embarazo se reducen de forma fisiológica a partir de estas edades. Por ello, los especialistas entienden que conocer la reserva ovárica de una mujer ayuda a estimar las probabilidades de ser madre.
Qué es la reserva ovárica y por qué deberías conocerla
La reserva ovárica es el número de óvulos que tiene la mujer en un momento determinado y marca la fertilidad de cara a lograr un embarazo. Al medir la reserva ovárica es posible saber en qué estado se encuentra la fertilidad de la mujer. Al nacer, la mujer ya cuenta con una determinada cantidad de óvulos.
Su formación se produce siendo un embrión con 12 semanas y finaliza en el quinto mes de embarazo. Como ya se ha explicado, la reserva ovárica irá disminuyendo con el paso de los años hasta la menopausia. Aproximadamente se calcula que cada mujer nace con un millón de óvulos, que disminuyen hasta los 400.000 con la llegada del primer ciclo menstrual y a los 200.000 a partir de los 30 años, quedando alrededor de 1000 hacia los 50-51 años.
Como conocer cuál es la reserva ovárica de la que dispones es sencillo. El recuento de folículos antrales se realiza a través de una ecografía vaginal, realizada durante los 5 primeros días de regla, en la que se cuenta el número de folículos (bolsitas de agua dentro de cada una de las cuales debería de haber un ovocito) en cada ovario. O también a través de una analítica de sangre, que no se realiza en ayunas, en la que se detecta la hormona antimülleriana (AMH), que indica la cantidad y la calidad de ellos.
Un recuento de folículos inferior a 7 o un valor de la hormona inferior a 1,1 ng/ml son indicativos de una baja reserva ovárica y la posibilidad de tener problemas reproductivos. Otro parámetro es realizar una analítica hormonal durante el 2º o 3º día de regla, en la que se determinan los niveles de FSH y Estradiol. Una FSH superior a 10 mUI/ml o un Estradiol superior a 60 pg/ml suelen relacionarse con una baja reserva ovárica. Habitualmente, la combinación de estos parámetros nos puede dar una idea de la reserva ovárica de una mujer.
¿Y qué ocurre si es baja?
Tener una reserva ovárica baja no significa ser estéril o no poder tener hijos. Si bien por edad o a causa del tratamiento de alguna enfermedad (como la quimioterapia por cáncer o una intervención quirúrgica en el ovario por endometriosis o por quistes ováricos) tu reserva ovárica es baja solo significa que podrías tardar un poco más en lograr el embarazo o que, tal vez, encuentres más dificultades en el camino a la maternidad. Por ello, lo mejor es mantener la paciencia y pedir ayuda a un especialista en fertilidad.
